Vivimos tiempos donde muchos tenemos vacía la nevera, pero llena la cabeza de ideales y sueños.

En un tiempo donde mi corazón se batía en duelo encontré un diseño que me iba como anillo al dedo «cósete el corazón».

Este delicado diseño es obra de Vacía la Nevera, o Rubén, un joven joyero que dota de sensibilidad a todas las piezas que pasan por sus manos. Ha sido el primero en embarcarse en esta sección de entrevistas a artistas/artesanos, dejándome entrar en su taller y en parte de su vida.

¿Has tenido que coserte alguna vez el corazón?

Tengo 30 años y he tenido que coser mi corazón dos veces, una de ellas con hilo de pescar… – hablamos de esos amores de juventud que se tienen cerca del mar -. Gracias al paso del tiempo y que uno también va madurando, el amor va mucho más lento, y por lento no quiere decir que no al 100% ya que desde hace más de 5 años estoy tiernamente enamorado.

La cenicienta generó el nombre de tu primera colección: “pronto, pronto, todo el mundo a las costuras”. ¿Crees en los cuentos de hadas? ¿O la vida es un cuento? 

De pequeño, hacia campeonatos con mi vecina María, veíamos tantas veces las películas de Disney que podíamos interpretar a los personajes. Mi preferida es la Bella y la Bestia. Pero los ratones de Cenicienta siempre fueron mi debilidad. Antes de estudiar joyería, hice algo de moda y vi una bonita oportunidad de fusionar las dos disciplinas. Sí, mi primera colección es «pronto pronto todo el mundo a las costuras» es la que más sorpresas me ha dado y me sigue dando…

Conozco personalmente a las hadas: Son todas aquellas que, un día, se posaron en mi hombro y sigo llevando conmigo allá donde voy, especialmente a mi amiga Hada Noe.- Me muestra un colgante que le regaló Noe, casualmente con forma de Hada-. Para mí la vida es un cuento, la vivo como tal y espero seguir con esa misma ilusión y ganas mucho tiempo. Como todos, tengo «mis días»… hay veces que del cuento paso a una película de Almodóvar … (risas).

Muchas piezas están mordidas, considero que haces cosas tan bonitas que son para comérselas, como los bebés. Pero dime, ¿te levanta el apetito diseñar o  se pasa hambre en el mundo del diseño?

Lo de morder los diseños se lo dejo a los ratones de Cenicienta, pero mucho tiene que ver con el nombre de la marca «Vacía la Nevera». Su nombre es precisamente eso, el tener un capricho aunque tengas vacía la nevera. Mi trabajo es aún un proyecto, no puedo decir que viva aún de él. Pero sé que voy en el buen camino. Cada mañana me despierto con ganas de ir al taller, cojo mi bolso, monto en el metro como todo el mundo, me bajo en Sol, miro al cielo y mi sonrisa se alarga de oreja a oreja…cada día sé que será un gran día, que lo que ocurra hoy no ocurrirá mañana, por eso hay que disfrutarlo al máximo.

 He leído que duermes con una libreta en la que anotas y pintas sueños. ¿Qué sueñas para Vacía la Nevera?

Apago la luz, cierro los ojos y las ideas empiezan a fluir. Es por eso que siempre tengo la libreta cerca, si no a la mañana siguiente nunca me acordaría. No creas que esto es tan estupendo… cuando me viene una idea no consigo dormirme y me dan las tantas. Al día siguiente me duele todo el cuerpo, pero mi libreta está llena de nuevos bocetos. .

¿Eres de los emprendedores natos o de los que estos tiempos han hecho buscarse las vueltas?

Empecé a trabajar con 16 años mientras estudiaba Laboratorio de Imagen. Luego seguí trabajando durante 10 años (tiendas de moda) hasta que decidí dar un cambio a mi vida y retomar los estudios y matricularme en Diseño y Joyería. Creo entonces que soy un emprendedor

Me llama la atención los puntos de venta, Toledo, Lleida, Ceuta, Moscú, Alemania…. ¿y Madrid? ¿Va a ser verdad lo de que nadie es profeta en su tierra?

Tengo muchas ganas de tener un punto de venta en Madrid, pero aún no ha surgido la oportunidad. Me falta un buen comercial (risas). Las tiendas que tienen un rinconcito de «Vacía la Nevera» llamaron a mi puerta, supongo que navegando por la red. En Madrid hay algunas tiendas que me han contactado pero trabajan a depósito, eso es algo que no puedo permitirme.

¿Te reservas Madrid para ti y así realizar los mercados y ferias de artesanía para contactar con el público, conocer y hablar con la gente que tiene «vacía la nevera»?

Me chifla conocer a gente en las ferias, la gente se para en mi stand y veo como sonríen, ¡es genial!. Cuando les cuento las historias de la colección y los nombres de cada pieza, noto que se quedan pensando, quizá se identifican con alguna de ellas. Supongo que eso en las vitrinas de las tiendas se pierde por completo.

 ¿Es diferente el público español al extranjero? ¿Qué destacarías? ¿Se valoran más tus trabajos fuera?

Hay muchas más gente en España que conoce «vacía la nevera» que en el extranjero. Sea por las ferias, redes sociales o por leer mis post.

Me encanta cuando mis clientes me hacen partícipe de la sorpresa que le dio abrir un paquetín con un anillo o unos pendientes… Me mandan las fotos y me cuentan como fue su fiesta de cumpleaños. Siempre digo que esa parte es una de las mejores de mi trabajo. Fuera de España no he tenido aún esa cercanía. Aunque me pongo muy contento cuando algunas de mis piezas vuelan para EEUU, Australia, Japón… un trocito de mí va a dar «suerte» a tantos kilómetros.

Si no es indiscreción… ¿cuál es el diseño que causa más sensación y del que recibes más pedidos?

La colección pronto pronto todo el mundo a las costuras sigue siendo la que más llama la atención. Por internet creo que la pieza que tiene mas éxito es el anillo «no doy puntada sin hilo» mientras que en persona, siempre es la colección completa de «MEMORIES»… para mi, es la más Rubén Morales. Mis dos anillos favoritos son «casa de mis sueños» y «ratón en queso»… Y también creo que lo son para muchos.

 

La mayoría de tus diseños son en plata, cobre y latón. ¿Con qué metal te sientes más cómodo?

El metal con el que me siento más cómodo es la plata, es más blanda y se trabaja mejor. Aunque los otros por color también me encantan. Hay diseños que solo los pienso para plata y otros que solo para latón, por ser dorado. El precio cambia según el metal. Se me ocurren diseños grandes y por eso solo los hago en latón, cobre o bronce, porqué en plata su precio se dispararía.

 

Tu última colección es marítima. Documentándome para esta entrevista me he enterado de que hace unos años hiciste una minitiendita para San Valentín en el Centro Comercial Moda Shopping, decorando el stand a modo de puerto marítimo. ¿Tienes especial atracción por el mar? – yo soy un poco como el poema, un marinero en tierra -.

Supongo que hemos nacido en tierra cuando éramos para la mar. Al cumplir los 18 años me independicé, pero a lo grande. Pedí el traslado de Madrid a Málaga y viví casi tres años preciosos. Pero la familia y mis amistades de toda la vida me estaban esperando en mi ciudad.

Soy de las que piensan que en tu vida tiene que haber un amor italiano…tu tienes un amore napoletano… ¿fue un flechazo?  

Mi amor desde hace 5 años es Francesco, mi motor creativo, el que me saca todo el arte y me hace querer ser y vivir mejor. Él es uno de los mejores bailarines que conozco. Mi fuente de inspiración. Para la colección «AMORE NAPOLETANO» solo hizo falta visitar el estudio del también napoletano, Gaetano Franzese.

Una lágrima cayó en la arena, dice la canción, pero las tuyas caen al mar. ¿Vacía la Nevera te ha hecho llorar ?

He llorado varias veces, siempre de alegría y de emoción (de pelos de punta). Cuando salí en la TV me hizo mucha ilusión y con algún post, y por supuesto con algunos mensajes en el blog y correos de gente que siente cosas con mi trabajo…

Visitando la tienda, creo que eres muy económico. Esto me recuerda a “otro joyero” que hacía anillos con libros (post Más que un libro). Pregunté a conocidos y a casi todos les parecía excesivo ese precio por un anillo de papel… ¿El público valora la artesanía y la originalidad?

Creo que cada vez hay más gente que quiere algo diferente, hecho a mano y no estandarizado. El producto español cada día se valora más. Mis precios son muy variados. Puedes tener unos pendientes desde 15€. Me vuelvo loco a la hora de poner el precio a cada diseño. Los primeros que hice tiene precios muy bajitos, pero por ahora no he querido cambiarlos. Hice las prácticas de joyería en una marca de diseño y me enseñaron a calcular los precios. Aún así, no lo sigo a rajatabla ya que quiero que la gente pueda tener una de mis piezas, pero siempre con la nevera llena.

En estos tiempos es difícil decir no. ¿Qué dirías a un proyecto que te vinculara a una marca?

Al terminar mis estudios de Diseño (moda, ilustración, fotografía, interiores, gráfico…) me di cuenta que todo me gustaba y ninguna empresa me contrataría de todo esto, por eso decidí matricularme en joyería y dar forma a este proyecto. Cada día hago: fotografía, joyería, diseño, boceto, escucho música, me río, decoro un stand, elijo materiales, estoy en contacto con el público, redes sociales, invento (cada día veo más complicado llevarlo todo la verdad) duermo muy poco…(risas).

Comenzaste con hilos, y ahora has sacado una nueva colección con esmalte. ¿Hacia dónde evoluciona Vacía la Nevera? 

No se si dejaré de hacer piezas que tengan  hilo, telas o cosidos, me encanta la moda y es mi forma más fácil de quitarme la espinita. Sin ser esmaltador, me he lanzado a probar esta técnica artesanal. La primera pieza casi lloro… Me encantaría dar un curso donde aprender mejor cómo usar este arte. Deseando de sacar un rato para aprender la cerámica y porcelana artesanal. Ahora estoy preparando unas alianzas de oro con brillantes , son un encargo.

Mirando algunos escaparates de joyerías, todo es lo mismo, y se vende. ¿Se arriesga poco en este gremio o el público es clásico? ¿Te planteas coquetear con piedras semipreciosas? A lo mejor es más clásico y al público le llena más. 

Aunque hace muy poco que vió la luz la colección «AMORE NAPOLETANO» ya estoy trabajando en la siguiente (un secreto hasta el próximo invierno). Puedo adelantarte que tendrá esmalte, piedras semipreciosas y otros materiales que me reservo. Lo que si puedo decir es que nadie se lo espera. Me gustaría que «vacía la nevera» sea un concepto, y si todo sale bien la gente lo va ver mejor que nunca con este nuevo proyecto. Ya te contaré un poco cuando vengas al taller…

Cuando visité el taller me recibió con unos zumos de naranja y galletitas, y me explicó lo complejo de diseñar estos anillos, a la cera perdida, los moldes…diseñar las pieza que él hace llevan mucho tiempo y dedicación. Rubén es artista, polifacético y con una sensibilidad que hace que sea especial cada pieza que elabora. Aunque como él dice, acaba de empezar y no vive de ello, creo que tiene todos los elementos necesarios para hacerse grande. Y estoy segura que su próxima colección será de cine 😉

 

Gracias Rubén por ser el primero en subir a bordo y navegar un ratito conmigo. Si os habéis quedado con ganas de más podréis verlo en Nómada Market del 4 al 6 de abril en el ático de la estación de Chamartín, o en la web de Vacía la Nevera.